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  • SB 203580 manufacturer El cap tulo siguiente La vanguardia r

    2019-05-31

    El capítulo siguiente (“La vanguardia requisada. Octavio Paz y el surrealismo”, 57–76) está dedicado SB 203580 manufacturer la valoración del surrealismo, que Paz plantea después de su vuelta a México a principios de los años cincuenta (, el ensayo “El surrealismo”, incluido en , algunos fragmentos de ). Es sabido que esta valoración algo patética marcó la ruptura con el juicio negativo que el poeta se había formado respecto del surrealismo antes de acercarse en persona al movimiento creado (junto con Aragon) por Breton. Escalante resume brevemente las etapas de formación de este juicio de Paz, relacionándolo con la crítica del surrealismo más o menos coetánea por parte de Huidobro y de Cardoza y Aragón en un artículo publicado a principios de 1940 en la revista . En cambio ahora, en los cincuenta, Paz hace un elogio enfático del surrealismo, convirtiéndolo por medio de un razonamiento no exento de contradicciones de un movimiento vanguardista histórico en una “constante eterna” (63 y ss.). Importa en este proceso de valoración la opinión de Paz respecto de la escritura automática, la que, en principio, hubiera debido celebrar dentro de los postulados del surrealismo, pero que, en una argumentación vacilante, rechaza finalmente como imposible por “sólo ser practicable en una sociedad utópica”, en la cual la actividad de escribir perdería su razón de ser (69 y ss.). Creo que este rechazo, que, tal vez, no sea tan contundente en el caso de se debe tanto a la concepción de Paz respecto del papel de la inspiración vigilada en la actividad poética, como a la práctica escritural de una revisión constante de los textos por parte del autor. El tercer capítulo (“Altas y bajas de ”, 95–109) traza la “historia secreta” de la gestación de la antología : México, 1915–1966, confeccionada por Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis. Para su estudio, Escalante se apoya en el carteo de Octavio Paz con Arnaldo Orfila Reynal, a la sazón director de Siglo Veintiuno Editores, bajo cuyo sello la antología se publicó con un prólogo de Octavio Paz en 1966. Destaca Escalante que los rasgos principales de la antología se deben a linkage Paz, como son su estructura cuatripartita, la decisión de dejar fuera a los modernistas, la exclusión de formas cerradas en favor de las formas abiertas, y “la interesante decisión de invertir el orden convencional de las antologías, y de comenzar por los poetas más jóvenes” (90 y ss.). Si los dos primeros capítulos del libro de Escalante son de argumentación particularmente exigente, el tercero, de carácter histórico-literario, resulta de más fácil lectura, como lo es también el cuarto capítulo del libro (“Los seis errores más comunes de Octavio Paz acerca de Villaurrutia y los Contemporáneos”, 95–109). Aquí, Escalante examina y rectifica algunas del poeta sobre los Contemporáneos (como su presunto escepticismo político, su cosmopolitismo exclusivo, su afrancesamiento, el descubrimiento tardío de Heidegger en el ámbito hispano, etc.), sustentadas en el ensayo (1978). El capítulo revela en qué medida Paz se esfuerza por construirse una antehistoria que lo muestre a la vez como heredero legítimo y oponente heterodoxo de los Contemporáneos. En el quinto capítulo (“Las transformaciones de un poeta: De a ”, 111–145), Escalante describe la evolución de la poesía de Paz desde la apropiación de la retórica nerudiana a partir de la segunda mitad de los años treinta (incluyendo la primera versión de de 1941), hasta el poemario de 1958. Son particularmente interesantes las páginas en las que Escalante arguye en favor de una lectura temprana de Eliot por parte de Paz, aún antes de la estadía de este (como becario de la Fundación Guggenheim) en los Estados Unidos entre 1943 y 1945 (122 y ss.). Respecto de cuyo título, en mi opinión, se lee como una cifra del presente histórico del autor (de ya larga duración), Escalante identifica al instante, liberado de la sucesión temporal, como “protagonista secreto” (134) de los poemas ahí reunidos. No sé si esta identificación agota el potencial semántico de los versos desde “Himno entre ruinas” hasta (lo que, de por sí, sería imposible), pero es seguramente una clave importante para su entendimiento.